
Estos negocios se suelen presentar como "una alternativa flexible del tiempo compartido" pero son actividades diametralmente distintas sobre todo por la rígida legislación que regula el tiempo compartido y que, sin embargo, los clubes de descuento están eximidos de cumplir porque realmente se limitan a vender un acceso a un servicio. Este suele ser un servicio de reserva a través de una página web o un número de teléfono desde donde normalmente no pueden cumplir lo prometido.
Habitualmente los clubes de descuento utilizan como aval el nombre de grandes empresas turísticas del mundo, sin tener ningún vínculo con ellas e incluso ofrecen la posibilidad de recuperar el dinero invertido en unos años. No obstante, a la hora de la verdad, declinan toda responsabilidad de incumplimiento de contrato a una empresa que suele estar ubicada en países donde es imposible la reclamación como Gibraltar, Belice o Suiza.
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