13 de agosto de 2009

Canarias emprende pero no innova

Canarias por su situación estratégica es una plataforma convergente para tres continentes, no obstante, hemos sido incapaces de dejar atrás el lastre histórico de la insularidad que nos ancla a un territorio del que nos cuesta salir. Siendo esto así, paradójicamente nuestros emprendedores son de los primeros en cuanto al número de iniciativas en el ámbito nacional, aunque cuando analizamos este dato desde el punto de vista de la innovación nuestra realidad es muy pobre, y nos posiciona en los últimos lugares del primer mundo.


Hay muchas iniciativas que intentan animar al tejido empresarial canario a que exporte, a que se internacionalice y a que innove. Es muy importante que las pymes cuenten con centros de apoyo en materia de gestión de programas de innovación. En el mercado globalizado en el que nos encontramos es imposible cuestionar que la innovación y el desarrollo son el único medio para generar una economía del conocimiento que nos permita competir, junto al resto de Europa, con Estados Unidos y los países asiáticos. Esta situación cobra especial relevancia en Canarias, debido a la situación geográfica y a la dificultad de ser competitivos en costes, de ahí que las actividades intensivas en conocimiento son las que permitirían a las empresas isleñas ser competitivas a medio plazo.


Bajo mi punto de vista hay cuatro ejes claramente identificados para el desarrollo social y económico de las islas:


Turismo: ha sido, es y seguirá siendo, el factor clave para el desarrollo económico y social de Canarias. Somos un referente internacional y muy probablemente el mejor destino europeo de invierno, pero debemos hacer frente a una transformación profunda para adaptarnos a las demandas de los consumidores y a los requerimientos del desarrollo sostenible, como fórmulas de diferenciación y potenciación del destino Canarias.


Canarias Plataforma Tricontinental: debemos ser capaces de sacar provecho de la ubicación de nuestro territorio como punto neurálgico de comunicación entre tres continentes, y no estar sujetos y condicionados por el “hecho insular” y el “hecho ultraperiférico”. Es un proyecto complejo pero necesario para nuestro desarrollo y nuestro bienestar en el futuro.


Sostenibilidad: nuestro territorio es extremadamente débil por definición y debemos protegerlo potenciando todas aquellas energías alternativas que nos permitan que nuestro estado de bienestar sea convergente con el cuidado del medio en que vivimos.


Innovación, competitividad y conocimiento: creo que la universidad debe ser capaz y tener entre sus prioridades lograr una mayor sensibilidad social con respecto a la innovación y facilitar, junto con la administración pública, la puesta en marcha de empresas intensivas en conocimiento.


Por lo tanto se trata, entre otras cosas, de crear en Canarias un tejido económico más competitivo, facilitando los procesos de innovación en las empresas y ayudando a la creación de nuevas empresas globales intensivas en conocimiento a partir de la ciencia generada en nuestras universidades.


Ahora bien, ¿es posible avanzar en estos ejes para el desarrollo con nuestro panorama social, económico y político actual?, ¿qué nos falta?, ¿cuál es la base de nuestra incapacidad para generar un mayor valor de estas oportunidades? Yo me he permitido identificar algunas debilidades y amenazas:

  • Tamaño insuficiente de nuestras empresas para competir en un plano de igualdad que no nos permite acceder a contratos de envergadura, a financiación adecuada, a negociar con grandes proveedores de tú a tú.
  • Productos débiles.
  • Falta de orientación al cliente y exceso de orientación al producto.
  • Escaso o mal orientado esfuerzo en marketing.
  • Cultura poco propensa hacía la cooperación entre empresas.
  • Dificultad para emprender el proceso de internacionalización (escaso conocimiento de idiomas, etc.)
  • Dificultades para la retención del personal cualificado.
  • Formación insuficiente.
  • Dificultades para el relevo generacional y de trasmisión de conocimiento.
  • Escasa calidad de gestión.
  • Problemas de liderazgo, falta de planificación y falta de dirección estratégica: visión a corto plazo.
  • No utilización adecuada de la red de investigación por parte de las empresas: desconocimiento, desconfianza, disparidad de objetivos…
  • Desconocimiento de las ayudas a la innovación y/o dificultades para aprovechar estas ayudas.
  • Fortaleza o tamaño del cliente (¿qué empresa canaria negocia, por ejemplo, con Alcampo?, Alcampo “impone” sus condiciones no negocia).
  • Nuevos competidores procedentes de países emergentes.
  • Coyuntura crítica lo que hace que la situación sea muy vulnerable.
  • Carencias del sistema educativo.
  • Insuficientes herramientas financieras.
  • Falta de empresas tractoras que “tiren” del resto en cuanto a iniciativas innovadoras.
  • Falta de clientes tractores que “tiren” de las empresas.


Esta lista puede producir un efecto negativo en muchos y puede que su respuesta sea de retracción ante iniciativas innovadoras, pero estoy seguro que para otros será el primer paso para innovar en su entorno. Si identificamos claramente nuestras debilidades y amenazas nos resultará más fácil avanzar hacía el reto que nos propone la innovación y el conocimiento en nuestro tejido empresarial.

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